Pues como siempre ni una ni otra lo mejor es en el punto intermedio, ni recién terminado ni con el sudor seco. Siempre en un punto medio.
Aunque también varía el tiempo para meterse en la ducha según el nivel de esfuerzo, temperatura del día e intensidad con la que se ha echo el entreno.
¿Qué pasa si nos duchamos acabado de terminar de entrenar?
Al entrenar la temperatura del cuerpo aumenta y empezamos a sudar como método de refrigeración. Entonces una vez terminado el entreno nuestro cuerpo volverá a su temperatura natural, pero esto requiere su tiempo. Por este motivo no sirve de nada ducharse reciente terminado de entrenar porque terminaremos de ducharnos y el cuerpo aun estará en proceso de vuelta a temperatura natural, con lo que volveríamos a sudar. Por lo tanto nuestra ducha no nos servirá de nada.
¿Qué pasa si nos duchamos después de un buen rato del entreno?
Si entre el final de nuestro entreno hasta el momento de ducharnos ha pasado un tiempo considerable sin movernos porque hemos estados sentado, acostado, etc. Nuestro sudor se nos ha secado en el cuerpo, podríamos coger frío y esto conlleva un refriado o gripe.
Conclusión
El momento idóneo para ducharnos después de un día de entreno es esperar unos 10 minutos después de haber terminado el entrenamiento. Lo mejor es esperar a que el cuerpo deje de sudar y notes que ya el cuerpo no esta acalorado y este tiempo depende de cada personas. Durante esta espera es preferible cambiarte la camiseta y mucho más si con la que has entrenado es de algodón, (tendrás más camisetas que lavar pero te librará de algún que otro refriado). Pero cuidado no espere a que se te enfríe el sudor.
Una vez dentro de la ducha el agua en un principio debería de está tibia y posteriormente elija la temperatura del agua que más te agrade.
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